miércoles, 7 de enero de 2015

La LISTA FINAL de EL SURCO ES EL ALMA DEL VINILO



CARA 1

1. Autumn Almanac. The Kinks,1967. Esta canción podría resumir mi infancia. El 31 de octubre de 2010 se cumplieron mis sueños: se la oí cantar, casi con lágrimas en los ojos, a Ray Davies, líder del grupo, en el mítico Olympia de París.



2. Devil in the heart. The Beatles, 1963. ¿Pero qué provocación es esta de poner en el nº 2 una de las escasas canciones de los Beatles que no escribieron ellos? Pues sí, este tema de un tal Richard P. Drapkin, cantado por Harrison (sostengo que su voz es la voz beatle por excelencia), representa para mí la quintaesencia de su sonido de la primera época, qué se le va a hacer.





3. Sad eyed lady of the lowlands. Bob Dylan, 1966. Definitivamente mi Dylan es el intimista. Este largo tema del Blonde on Blonde, que jamás toca en concierto, me cautivó desde que lo oí por primera vez. 

4. Friday on my mind. The Easybeats, 1966. Otro de ese año glorioso sin el que no se entendería la música de los últimos cincuenta años. En casa lo conocíamos por su nombre en español, El viernes de mi recuerdo, en aquella época los títulos solían publicarse traducidos. Una canción pop perfecta, enérgica, con ese estribillo que es todo un programa de vida: Monday I have Friday on my mind.



5. See Emily Play. Pink Floyd, 1967. Sin menospreciar, solo faltaría, épocas posteriores, sigo prefiriendo a los Pink Floyd de Syd Barrett, antes de que se echara a perder por las drogas. Hay un especial dramatismo en este tema. Con ese Emily tries but misunderstands, ah ooh... la canción te atrapa desde el primer instante y no te deja marchar. 

6. Miracles. Jefferson Starship, 1975. La reencarnación setentera de los Jefferson Airplane incluyó este tema en su Red Octopus. Una canción hipnótica, densa, con esos exquisitos contrapuntos vocales de Marty Balin y Grace Slick.



7. And your bird can sing. The Beatles, 1966. Sí, no puedo permitir que el segundo tema de los Beatles (esta vez sí, firmado por el dúo Lennon/McCartney, aunque es un claro Lennon) quedara más abajo, sería falsear miserablemente la realidad. Y sí, mi disco Beatle favorito es Revolver. Ah, ese impagable riff de guitarra.

CARA 2
1. Ashes to ashes. David Bowie, 1980. Podía haber escogido muchos otros, pero Ashes to ashes me parece de una perfección sublime. ¿Volverá Bowie algún día? Es tan inquietante su silencio.

2. Gimme shelter. The Rolling Stones, 1969. Por no repetirme con Ruby Tuesday, escojo este del Let it bleed, título que se decía parodiaba el Let it be de los Beatles. No deberían haber sobrevivido a los de Liverpool, como muy tarde tendrían que haberse disuelto en el 74, pero claro, los Stones ya no son un grupo: son una marca.

3. Do it again, The Beach Boys, 1968. Pura simplicidad comparado con esos monumentos sonoros del Pet Sounds y del Smile. Una joyita.

 
4. A baby for Pree, Neutral Milk Hotel, 1996. Una especie de nana surrealista de menos de dos minutos, cantada por Jeff Mangum, el genio huidizo de estos fugaces santones de la primera oleada indie. Mangum me recuerda a Barrett: ese dramatismo, esas canciones que no se sabe de dónde vienen.
 
                                
5. Goldie Hawn, Butan Variations, 2007. Lo sé, no los conoce nadie salvo los happy few, pero gracias a Internet llegó a mis oídos y desde entonces residen en mi particular Olimpo. Ya ni siquiera existen, pero sus sucesores, Hollands, han rescatado este tema, bien asentado en sus raíces sesenteras. 
                                 

6. Old man. Love, 1967. Es muy difícil escoger un tema en esa obra maestra que es Forever Changes. Pura delicadeza, un hippismo hondo, conmovedor y preciosista el de Arthur Lee y sus chicos. Lo compré en cassette en el 79 o el 80, lo llevaba en el coche y una noche me robaron las cintas. Dos semanas más tarde recuperé algunas en el rastro de Valencia, en la plaza de Nápoles y Sicilia. Tuve que pagar por lo que era mío: mire lo que pone ahí, le dije a la gitana mostrándole mi nombre escrito en la carátula.
7. Stephanie says, The Velvet Underground, 1968. El tema no se publicó en vida de la Velvet, sino en el recopilatorio VU, de 1985. Yo lo compré, en vinilo, en Discos Medicinales de Castellón, hace tres o cuatro años, y sigo sin entender cómo un tema como este, y unos cuantos más de ese disco pudieron quedarse inéditos hasta el 85. It's so cold in Alaska...


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