Etapa importante de mi Never Ending Tour (los dylanianos ya sabéis a qué me refiero). La cuarta ya. Supongo que esto es lo más parecido a una gira que podré vivir, salvo que me reencarne en el frontman de alguna oscura banda. Me acerco al micro y canto mi mensaje durante un buen rato (y a fe mía que el público escucha con atención); tengo una excelente mánager que me aconseja y cuida, contactos locales en cada etapa, escenarios a los que subir, teloneros, algunas veces, y sobre todo un repertorio que defender.
Fuera de bromas: en el LOCO Club de Valencia, el otro día, creo que me llegó algo de la energía del buen pop que en ese escenario se ha hecho. Está bien, lo admito, Zimmerman no ha tocado allí, pero sí lo han hecho, por poner dos ejemplos, los inmensos Graham Parker (memorable casette el que todavía tengo por ahí) y ese artistazo llamado M. Ward, uno de los grandes del momento actual. Algo de ellos y muchos otros recorrió mis venas mientras allí arriba, bajo los focos, hablaba de surcos y vinilos y de los juegos del tiempo.
Mi Mal Evans particular a.k.a. el Gran Mariano filmó esto. Sí, vale, algo Mary Ann with the shaky hand al principio, pero no se puede pedir más con el modesto instrumental que el grupo tiene todavía.
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